
Es bien sabido que la administración Rodríguez Zapatero llegó al poder en las elecciones de marzo de 2004 gracias a los dieciséis diputados que sacó de diferencia al PP en Cataluña. Conocedor de esa circunstancia, el inquilino de la Moncloa, ha querido devolver ese favor de los catalanes. Lo ha hecho sacándonos de nuestro aislamiento con el resto de los pueblos de España dotándonos de mejoras en las infraestructuras- ahí está el A.V.E., a las puertas de Barcelona, por no olvidarnos de cercanías que hace las delicias
diarias de 160.000 barceloneses - y, a la vez, acabando con la mala imagen que los catalanes tenemos en el resto del País haciendo de la capital del principado, Barcelona, una ciudad de acogida. Es bien sabido que hoy en Barcelona y alrededores, todos tienen un hueco. “Tothom te un forat” que decimos por aquí.
Socavones para todos, en castizo. Tal ha sido el éxito de esa política de integración de Cataluña –y en especial de Barcelona- en España y de España en Barcelona, que todas las administraciones catalanas –Ayuntamiento y Generalitat- espoleados por la administración central, han ideado la construcción de un gran “forat”, un gran hueco, un socavón inmenso en un lugar céntrico de la ciudad. Justo en el lugar que ocupa una iglesia inacabada de hace muchos años, la
Sagrada Familia . Total el dinero que nos está costando el dichoso templo, mejor derrumbarlo y darle alguna utilidad. Eso ha sido gracias a la preclara mente de nuestro “conducator” máximo, Rodríguez Zapatero, tan injustamente incomprendido y vilipendiado por las huestes de la oposición, facha, por supuesto. Y, además, casi me atrevo a decir que los huecos, “els forats”, los socavones, acabarán con el endémico problema de la vivienda en Barcelona al poderse vivir en ellos con unas pequeñas obras de acondicionamiento. De ahí que el sujeto monclovita nombrase a una catalana, ministra de la vivienda, la inefable
Carmen Chacón. Por eso yo, que no voté a Rodríguez Zapatero en el 2004, al ver lo que ha hecho por Cataluña y por los catalanes, me he convertido en su principal defensor, en un admirador de su obra y de su derribo. Voy a proponer, y eso debiéramos hacer todos como una sola voz, que Cataluña cambie su denominación por “Zapaluña” y sus habitantes nos convirtamos en “zapalanes”, haciéndole saber a nuestro líder, a ese prohombre faro y guía de todos, que el siempre tendrá su hueco, su “forat”, su socavón, el
más grande de todos, en Barcelona.
6 comentarios
Para Pléyades, sin virtudes teologales pero con muchas car'ni'nales -
Pléyades -
Pues bien, necesito tener fe, si; pero en que se vaya este zeñor donde le parezca y que se lleve con él a su camarilla, tropa, pandilla, partida, cuadrilla, caterva.
El problema vendrá cuando tengamos que decidir quien será el nuevo iluminado.
Para Ardi, dando ideas -
Ardi -
Para Helena, receptora de sonrisas -
Helena -